La gran mayoría de colegios de nuestro país han
permitido que estudiantes que no se esfuerzan y no muestran interés en las
aulas de clase por lograr una buena formación, sean promovidos al siguiente grado hasta
llegar a una universidad donde desafortunadamente se dan cuenta que ser
promovidos mediocremente no les sirvió para su futuro.
Un ejemplo claro es nuestra institución, donde
muchos de los estudiantes somos víctimas
del famoso decreto 230 de 2002, decreto en el cual el Ministerio de
Educación Nacional, había ordenado la promoción automática del 90% de los
estudiantes. En términos prácticos, no podían perder el año más del 5% de los
alumnos de un colegio. Entonces
muchos se confiaban pues sabían que con un mínimo esfuerzo pasaban el año. De
ahí la cantidad de estudiantes mediocres que hoy no logran adaptarse al nuevo
sistema de evaluación y a nuevas exigencias.
Esto ha tenido consecuencias en muchos estudiantes
de undécimo grado, una de ellas son los resultados en las pruebas SABER, ya que
por el bajo nivel académico, la poca exigencia en años anteriores (y no
culpamos a los docentes sino al antiguo sistema de evaluación y promoción),la
pereza, pocas ansias por aprender cosas nuevas cada día y el pasar de un curso
a otro sin alcanzar los logros mínimos, da como resultado los desgarradores
puntajes y la poca capacidad de análisis e investigación que tenemos. Tanto
estudiantes como padres estamos acostumbrados a las cosas fáciles, a no
aprovechar el tiempo y entonces al final del año lloramos y suplicamos a los
profesores para que nos regalen un punto, una décima para pasar y seguir con la
mediocridad que tarde o temprano relucirá con nefastos resultados.
En resumen, qué tristeza que muchos estudiantes
sean la consecuencia de decretos mediocres y absurdos que no les va a servir en
la vida cotidiana porque nada es gratis, y para obtener las cosas se necesita
esforzarse, sacrificarse y llegar al éxito, lastimosamente todos en esta
sociedad han sido perjudicados por este decreto ojalá las cosas sean como antes
en las que todos tenían que adquirir el conocimiento para poder ser promovidos
y no ser acogidos por leyes absurdas.
By: Paula Andrea cárdenas, Aura
María Gómez, Lorena Tatiana Mahecha. 1102