El colegio Ofelia Uribe De Acosta se ha convertido
“sin querer queriendo” en nuestro segundo hogar, un hogar al que llegamos muy
temprano entre semana y nos encontramos con una familia y con personas con las
que podemos interactuar y que hemos llegado a querer “sin querer queriendo”,
como en todo hogar se tienen deberes y vaya que los de acá no son nada fáciles,
son deberes que muchas veces requieren de trasnocho por el simple hecho de ser buenos colombianos que casualmente
dejamos todo para última hora. Es un lugar en el que estamos todos los días,
casi todo el día y sería más bonito tenerlo limpio, si somos sucios con nuestro
“segundo hogar” ¿Cómo seremos en nuestro hogar primario?, ¿qué se nos ha
enseñado desde pequeños?, según cómo nos portemos en el colegio es equivalente
a nuestro comportamiento en la casa, tenemos que hacer quedar bien a nuestros
padres, es obligatorio para los estudiantes demostrar la buena cultura que se
enseña en el hogar.
Un entorno limpio es un entorno saludable, si hay salud e
higiene, hay más productividad en el estudio y en todo lo que requiera de
efectividad, y si hay salud mental hay salud física, y con todo esto junto se
forma la ley de la espiritualidad pura que es un concepto importante para
lograr el éxito, aquí encontramos la paz y la armonía externa e interna ¿y quién no quiere vivir en la total armonía
y paz?, ¿Quién recoge las basuras del colegio? ¿Quién se mata lavando los
sucios baños y barriendo las empapeladas aulas?, son personas humildes,
trabajadoras y honestas que solo quieren
un futuro mejor para sus hijos, tenemos que ser conscientes que hay
personas trabajando, recogiendo el
paquete de “chetos” que botaste al piso, por tu pereza o
desobediencia, que estas personas (si,
las aseadoras), deben trabajar 8 horas diarias para poder llevar un paquete de
“chetos” igual a su casa, ¿Qué pasaría si esta persona sacrificada fuera tu
mamá o tu papá?, no te daría remordimiento.
Deberíamos tomar conciencia que aunque “sin querer
queriendo estamos en esta institución”, debemos mantenerla aseada, así como
mantenemos nuestra casa y aunque haya personas encargadas del aseo, un buen
gesto, es aliviar un poco su dura labor, cada papelito, paquete o residuo debe
ir en el lugar indicado, la caneca y no esperemos a que los demás hagan lo que
nosotros por cultura lo podemos lograr. Aprovechemos los recursos que sin que
nos cueste están a nuestra disposición.
By: Valentina Reyes, Cristian Ardila y Andrea Díaz.
10-02